La gran victoria en la Batalla de Pavía, en la que se destrozó al ejército francés y se apresó al rey Francisco I de Francia dejaba a España en una situación privilegiada. Carlos I de España que a su vez se había convertido en Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico tras heredar su corona, se había hecho extremadamente fuerte en Europa, especialmente en Italia donde ocupaba ya un muy amplio territorio. En este contexto de dominación mundial española surge la Liga de Congac, una liga compuesta por potencias a la sombra del Imperio Español, en ella se encuentra Francia, Inglaterra, Venecia, Milán, Florencia y el papado el cual era liderado por el Papa Clemente VII. La «traición» del Papa no sentó nada bien en el seno del Imperio Español.
Por otra parte, la supremacía española se debía en gran parte a la superioridad militar que le otorgaba la entrega de sus hombres y su excelente preparación, además de una serie de nuevas técnicas que labrarían la fama de los Tercios Españoles. Pero todo soldado debía cobrar y los más de 34.000 soldados imperiales, entre españoles, alemanes y reclutados italianos, hacía meses que no percibían sus honorarios y estaban al borde de la rebelión. A su mando se encontraba el condestable Carlos III de Borbón al que pronto sus hombres forzaron a marchar hacia Roma. El general, tampoco se opuso a la idea pues vio la ocasión perfecta de saquear la ciudad para calmar a base de botines a las tropas y además de dar un escarmiento al Papa por su apoyo a la Liga de Congac y en especial a Francia.
Guerra: Guerra de la Liga de Congac.
Batalla: El saco de Roma (Saqueo de Roma).
Fecha: 6 de Mayo de 1527.
Lugar: Roma, Italia.
Resultado: Victoria imperial.
Clave: Superioridad total imperial en número, preparación y actitud.
Beligerantes | |||
---|---|---|---|
|
Bajas:
Estados Pontificios: 500 muertos o capturados, 45.000 civiles muertos, desaparecidos o exiliados.
Tropas Imperiales: Desconocidas pero en cualquier caso, muy bajas.
Las tropas imperiales estaban lideradas por los españoles que no sólo eran mayoría sino que además eran los mejores soldados del mundo en aquella época, con técnicas ya depuradas que poco a poco se habían introduciendo y que muchas ya eran dominadas por los infantes españoles. Gran parte de estas nuevas artes en batalla fueron desarrolladas por El Gran Capitán, por lo que los españoles llevarían en todo momento el peso de todo el ejército imperial.
De camino a Roma, las tropas imperiales saquearon dos localidades italianas, Acquapendente y San Lorenzo de Grotte. Tras unos pocos días de marcha pronto llegarían a Roma, concretamente el 5 de Mayo de 1527, sedientos de sangre y llenos de ira contra el Papa a quienes los soldados culpaban de todos sus males. Al día siguiente, 6 de Mayo de 1527, el Duque Carlos III, a quien los soldados, sobre todo españoles respetaban manda un ataque contra la murallas de Roma. La ciudad está únicamente defendida por 5.000 milicianos, muchos de ellos armados para la ocasión y apenas 500 soldados de la Guardia Suiza del Vaticano, el ejército personal del papa que jugarían un papel fundamental en la batalla. Pronto, la «batalla» se convertiría en un saqueo, el Saco de Roma.
En el primer día de asalto, las tropas imperiales a pesar de no contar con artillería y de estar Roma bien fortificada se lanzan ferozmente contra los muros romanos ocurriendo lo que nadie esperaba, Carlos III, general del ejército imperial es abatido en combate y los hombres quedan sin un oficial capaz de hacerse cargo de la situación, puesto que ningún otro tenía carisma suficiente entre los soldados como para ser su nuevo general. En este momento las tropas imperiales se muestran llenas de odio y de deseos de apoderarse de todo lo que hubiese en Roma. Su decisión es tan grande que pronto entran en la ciudad, empezando para Roma su gran calvario. El mismo día 6 la ciudad era tomada y las tropas imperiales llegaron hasta el Vaticano. Allí los 189 guardias suizos que protegían al papa decidieron entregar su vida por salvarle. Los Guardias Suizos aguantaron la embestida el tiempo que pudieron, sobreviviendo tan solo 42. No obstante su sacrificio no fue en vano y el papa pudo huir al castillo de Sant´Angelo mediante un túnel oculto que lo comunicaba con El Vaticano salvando así su vida. No obstante el castillo fue sitiado y el Papa Clemente VII quedó retenido.
Mientras, en Roma, la ciudad era un caos, mujeres violadas, civiles masacrados, torturas etc. Los soldados pronto destrozaron a los milicianos que guardaban Roma y la Guardia Suiza había quedado masacrada tras la huida de Clemente VII, ya nadie podría detener a los descontrolados soldados. Todas las iglesias fueron atacadas excepto las españolas, se robaron todo tipo de objetos, joyas, dinero, piedras preciosas, obras de arte, y gran parte de Roma quedó destruida. Roma se convirtió en lo más parecido al infierno en la tierra. Muchos altos cargos del Vaticano fueron asesinados y otros tuvieron que pagar un alto rescate monetario para salvar sus vidas. Tres días llevaba produciéndose el Saqueo de Roma cuando Jorge de Frudsberg, el oficial a cargo de los soldados del Sacro Imperio Germánico ordenó detener el pillaje, pero su escasa influencia en los soldados españoles no hizo que este cesara. El 1 de Junio, casi un mes después, llegaron algunas tropas de la Liga de Cognac a liberar la ciudad pero el temor ante los soldados españoles les impidió actuar con decisión y las tropas imperiales permanecieron en Roma. Por su parte, El Papa se rindió el 6 de Junio y accedió a pagar un rescate de 400.00 ducados y prometer la cesión de Parma, Piacenza, Civitavecchia y Módena.
Más tarde Carlos I de España pidió perdón por la actuación de sus soldados argumentando que el no tenía nada que ver en la decisión de sus tropas pero la verdad es que si bien esto puede ser cierto, el movimiento le vino muy bien al monarca español, que infundió un gran temor en Clemente VII quien decidió no meterse nunca más al menos directamente con España en general y con Carlos I en particular. En cuanto a Roma, quedó gravemente dañada, su población sufrió en su totalidad las consecuencias del saqueo, además este supuso la desaparición de muchas obras de arte, de las que gran parte no se volvió a saber por lo que el Saco de Roma también se asocia con el final del Renacimiento en la actual capital de Italia.
Por su parte, la Guardia Suiza salió reforzada del saqueo como institución. Si bien es verdad que estaba prácticamente acabada en cuanto a efectivos, El Vaticano siguió confiando en los suizos para la defensa del Sumo Pontífice. Como recuerdo al Saco de Roma, la Guardia Suiza presta juramento el 6 de Junio.
Fuente: http://www.batallasdeguerra.com/2013/03/el-saco-de-roma-saqueo-de-roma.html