CAPITÁN DAOÍZ
Luis Daoíz, nació en Sevilla un 10 de febrero de 1767 en el seno de una familia aristocrática.
Se incorporó, por iniciativa de su padre, al ejército en 1782, cuanto contaba con apenas 15 años. Tras ser aprobada su solicitud, ingresó en el Real Colegio de Artillería de Segovia y sus estudios militares se prolongaron hasta 1787. Durante su estancia en el R.C.A de Segovia demostró ser un buen estudiante, destacando sobre todo en el arte de la esgrima de sable y espada obteniendo la graduación de alférez. Su primer destino fue en el batallón del Real Regimiento de Artillería instalado en el Puerto de Santa María en Cádiz.
En 1790, se presentó voluntario a la defensa de la ciudad de Ceuta al mando de una batería de su regimiento. Con 25 años en Orán (Argelia) fue premiado con el grado de teniente de artillería.
En 1794, participó en la segunda parte de la Guerra del Rosellón contra Francia. El 25 de noviembre de ese mismo año fue capturado en Toulouse. Tras la firma de la Paz de Basilea fue liberado y volvió a su destino en Puerto de Santa María.
Cuando comenzaron las hostilidades contra Inglaterra Daoíz fue destinado como oficial de la Armada. Su excelente servicio le promocionó el ascenso al grado de oficial artillero de buque de línea.
El 7 de julio de 1802 regresó a España. En 1807 el regimiento al que pertenecía desplazó su segunda compañía a Madrid y solicitó su cambio de destino a la capital, por lo que fue nombrado comandante de la batería destinada en el Parque de Artillería creado en el palacio del duque de Monteleón.
Tras su traslado a Madrid, fue testigo de la entrada de los franceses bajo el mando de Murat a las cuales se les suponía aliados pues venían a colaborar con los españoles en la guerra contra Portugal. La presencia de los soldados franceses en la ciudad produjo incidentes, por lo que la Junta de Madrid y Fernando de la Vera, gobernador militar de Madrid, dieron la orden de que las tropas españolas debían acuartelarse para evitar altercados con las tropas francesas.
Tras algunos incidentes ocurridos entre soldados franceses y vecinos el día 1 de mayo, Murat ordenó el 2 de mayo a sus tropas salir de los cuarteles y ocupar los principales puestos de la ciudad para controlarla plenamente. Cuando se produjeron los primeros ataques de los soldados imperiales contra el pueblo, Daoíz se encontraba al mando del Parque de Artillería de Monteleón, con cuatro oficiales, tres suboficiales y 10 soldados como único ejército.
El Capitán Pedro Velarde consiguió que el coronel de un cuartel de Voluntarios del Estado le entregara el mando de 33 hombres y 2 oficiales y se dirige con ellos al parque de artillería.
Velarde logró la entrega de los 80 soldados imperiales que ya se encontraba en el parque y abrió las puertas a los compatriotas que se movían por las inmediaciones gritando contra el invasor. Y en esta situación Daoíz y Velarde decidieron dar armas al pueblo y organizar la defensa del parque. Velarde organizó la defensa del parque con unos 120 paisanos y los soldados de infantería y artillería. Daoíz se situó en la puerta dirigiendo una batería de cuatro cañones. Gracias a la colocación y acierto de dicha batería lograron frenar las oleadas de la infantería francesa, causándoles muchísimas más bajas de las esperadas por el ejército francés.
Murat envió al general Joseph Lagrange para vencer la defensa del parque con tropas de caballería e infantería y cuatro cañones, pero fueron rechazadas por la habilidad de Daoíz con la artillería y los fusileros de Velarde. Lagrange llegó a reunir 2.000 soldados para el ataque final al parque.
Aunque herido, Daoíz intentó seguir la defensa del parque luchando con su sable junto a los cañones de la entrada, por lo que recibió varias heridas de bayoneta, fue trasladado malherido a su casa, donde falleció ese mismo día. Los oficiales Pedro Velarde y el teniente Jacinto Ruiz, que le acompañaron en la lucha, también murieron en la defensa: Velarde allí mismo y Ruiz unos meses más tarde en Extremadura por la gravedad de sus heridas. Daoíz fue enterrado en la iglesia de San Martín esa misma noche junto a Velarde y otros soldados españoles heroicamente caídos por la defensa de España.
El 2 de mayo de 1814, los restos de Luis Daoíz fueron trasladados, junto con los de Velarde, a la colegiata de San Isidro el Real, como homenaje a su sacrificio. Hoy día reposa en el Monumento a los Héroes del 2 de Mayo que en su honor se erigió en 1840 en el Paseo del Prado de Madrid.
En 1852 la ciudad de Sevilla colocó una placa en su recuerdo en el solar en el que estuvo ubicada su casa en la plaza de La Gavidia, y en 1889 se erigió un monumento en su honor en el centro de la plaza.
Los dos leones de bronce que adornan la entrada principal del Congreso de los Diputados en Madrid, fundidos en la Real Fábrica de Artillería de Sevilla, reciben los nombres de «Daoíz y Velarde» en honor a ambos militares españoles. Estos leones fueron fundidos en la Maestranza de Sevilla con metal de los cañones capturados al enemigo en 1886 en la Guerra de África.