Indíbil y Mandonio

Roma conseguiría doblegar a la península por la fuerza de las armas, y de los impuestos. Para financiar la costosa guerra contra los cartagineses se llevaron a cabo auténticos expolios sobre tas tribus y pueblos indígenas, lo que incrementaría aún más su espíritu de rebeldía. Los pueblos sometidos fueron obligados a pagar un tributo anual, ya fuera en especie o en metálico: el stipendium.

Bajo la influencia de Escipión, de la familia de los Escipiones, grandes artífices de la conquista, queda Hispania dividida en dos provincias: Citerior, la más cercana a Roma, y Ulterior, la más alejada. Dos generales, nombrados anualmente, gobernarían cada una de las provincias. Las ansias de poder y la búsqueda de honores y homenajes en Roma harían que a lo largo de los años las actuaciones de muchos de estos generales fueran realmente abusivas.

Para hacer frente a los gastos de la guerra, el poder romano aumentó la recaudación de tributos. Las tribus de la Citerior, antes aliadas en la lucha contra el cartaginés, se rebelaron. El jefe de los ilergetes, Indíbil, apoyado por su hermano Mandonio, levantó un ejército que según Tito Livio constaba de 30.000 infantes y 4.000 jinetes. Reunió a este ejército al sur del Ebro, cerca de Zaragoza, y allí se enfrentó a los romanos, perdiendo la batalla y la vida. Los romanos, como castigo, impusieron el pago de un tributo que era el doble del normal, y la obligación de mantener y vestir al ejército romano durante seis meses. Treinta pueblos, dice Tito Livio, tuvieron que aceptar estas condiciones. Los promotores de la revuelta, entre ellos Mandonio, fueron apresados y ejecutados.

El siglo II a.C. supone para Hispania una época de depredación económica y humana. El avance romano es ya imparable y se ha ampliado con creces el territorio conquistado. Si bien las tierras e industrias del Ebro, el Levante y la Bética suponían una fuente inagotable de riquezas para el erario romano, la pobreza de las tierras de los celtíberos y la dureza de sus gentes hacían que su conquista fuera encaminada sobre todo a defender los bordes de la meseta de sus incursiones en busca de sustento. Este habia sido desde siempre el mayor problema de celtiberos y lusitanos, y por ello se habían visto obligados en numerosas ocasiones a venderse como mercenarios o a realizar periódicos saqueos en las tierras vecinas. La presencia de Roma incrementó aún más su tradicional pobreza, además de herir sus intereses y su orgullo.

Será a mediados de siglo cuando de nuevo estallen los conflictos entre las dos provincias hispanas y Roma. El historiador Polibio, testigo presencial de  los hechos (estuvo en Numancia acompañando a  Escipión Emiliano) será uno de los narradores principales de esta conflictiva etapa, la de las guerras contra celtíberos y lusitanos.

 

Fuente: http://wikihistorias.blogspot.com.es/2011/12/heroes-de-hispania.html