En Órdenes, el 22 de mayo de 1912 nacía Manuel Lois García.
El 13 de agosto de 1936, Lois es alta en el Grupo de Fuerzas de Infantería de Marina, de guarnición en el Ferrol.
El 2 de octubre pasa a servir en el crucero “Baleares”, asignándole como puesto de combate el de telefonista del cañón 4 de 120mm. Es el puesto que habría de ser testigo de la muerte de un héroe.
Tripulación del Crucero «Baleares»
A las 10,15 del 7 de septiembre de 1937, navegando a unas seis millas de la costa argelina, los serviolas del “Baleares” avistan por la amura de babor una formación compuesta por cuatro vapores a los que escoltan los cruceros “Libertad” y “Méndez Núñez”, más siete destructores de la clase “Churruca”, convoy que al parecer, procede de Argel con importantes cargamento de material de guerra destinado a Cartagena y Alicante.
Sin importarle la clara superioridad enemiga, el “Baleares” maniobra con miras a batir los cruceros y a impedir el arribo del convoy a puerto.
A las 10,44 la artillería del “Baleares” rompe el fuego. A las 10,56 recibe el primer impacto del “Libertad” que deja sin corriente durante unos minutos las torres de proa y las direcciones de tiro y nueve minutos después se produce el segundo en la cara de proa de la chimenea. Uno de los cascotes penetra en la parte alta de la caja de urgencia, situada a babor, que contiene proyectiles iluminantes, incendiándose uno de los cartuchos y produciéndose la consecuente explosión.
El Comandante de la Batería, Alférez de Navío D. Miguel Pardo de Donlebun cayó herido y al observar que como consecuencia de la explosión los gases hinchaban la caja de urgencia, lo que suponía un grave peligro para el barco y su dotación, solicitó un voluntario para abrir la caja.
Manuel Lois García, soldado de Infantería de Marina, telefonista del cañón núm.4, con puesto inmediato a la carga, al oir la voz de su oficial, sin dudarlo un momento, concienciado del peligro que esto suponía tanto para el buque como para sus compañeros, corrió hacia la caja de iluminantes y liberó la única tuerca de sujeción que había. La puerta que se había quedado sin cierre alguno, se abrió violentamente a causa de la presión interior y una llamarada dio de lleno al Infante de Marina Lois el cual, quedó envuelto en llamas. Aún así, con absoluta decisión, cogió con sus manos el proyectil. Sus músculos que no le obedecen porque están absolutamente carbonizados hacen que se caiga al suelo, y aún así con su pecho empujó el proyectil el cual, rodó por cubierta y cayó al agua, pasando así el peligro.
Envuelto en llamas es auxiliado por un grupo de marineros que le quitaron la ropa y le llevaron a la enfermería, allí el propio Comandante del “Baleares” le diría:
“… Lois, cuando te pongas bien, te daré dos meses de permiso y un beso para tu madre”
A las 18 horas fallecía el bravo Manuel Lois García, mientras con lágrimas el Comandante le imponía sobre el cuerpo carbonizado del infante la Medalla Naval dándole el beso prometido.
La inmediata-y nunca más merecida-concesión de la Medalla Naval, fue oficialmente confirmada por Orden de 27 de noviembre del mismo año.
Y por su ejemplar sacrificio el 30 de mayo de 1939 le fue concedida la Cruz Laureada de San Fernando por su heroica actuación a bordo del Baleares.
En la alameda Central de Órdenes, se encuentra el monumento conmemorativo, en el cual hay una placa que reza:
“ Honor al soldado del segundo regimiento de infantería de Marina, Manuel Lois García, condecorado con la Cruz Laureada de San Fernando y Medalla Militar por heroico comportamiento y gloriosa muerte en el combate que sostuvo el crucero Baleares en aguas de Argel el 7-9-37”
Todos los años este día hay una ofrenda floral por parte del Ayuntamiento a la que asiste con orgullo y admiración sus actuales compañeros, los componentes del Tercio del Norte.